Vicenta Escucha es el rostro más visible de la batalla que libran buena parte de los vecinos de Noguerones, en Alcaudete, para que se limpie el cauce del Víboras. El 'sinfín' de peticiones para que se acometan las obras se sucede sin que llegue una respuesta. Temen que un día ocurra una desgracia. 'Dicen las crónicas que este pueblo —la pedanía de Noguerones, en Alcaudete— lo fundaron los pastores. Tiene unos quinientos años de historia y esta zona es la más antigua'.
Lo narra Manuel Castillo, un vecino que no es cronista de este núcleo de población, pero que, como muchos de sus habitantes, está convencido de que es una urgencia que se limpie el cauce del río Víboras. Tanto que, como se comenta entre los habitantes, están dispuestos a “armar jaleo” hasta que lo consigan. “Hasta ahora, lo hemos pedido en muchas ocasiones y se echan la china de unos a otros”, comenta un parroquiano.
Ayer, el caudal no era importante, quedaba dentro de su caja, pero, desde hace años, el agua es una amenaza para la población, que, con 1.116 vecinos censados, representa aproximadamente un 10% de la población total del municipio matriz de Alcaudete. El “casco histórico” del pequeño Noguerones lo forman la iglesia y calles como la Avenida Juan Ramón Jiménez, la del Puente, San Marcos o Del Río. Y, en algunas casas, el agua alcanzó 1,80 metros de altura en las “grandes inundaciones” como las de 1996, la de 1973 o las de “hace sesenta años”, pero, en este siglo XXI, también se han llevado más de un susto. “Ya no llueve como antes, viene todo de golpe y tenemos miedo de no poder reaccionar”, deja claro Vicenta Escucha, que es la particular “don erre, que erre” de Noguerones, al menos, con esta cuestión. “He llamado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, al Ayuntamiento y, cuando tuvo competencias sobre los ríos, a la Junta, para reclamarles que las máquinas limpien el cauce, pero nada”, relata.
Ayer, el caudal no era importante, quedaba dentro de su caja, pero, desde hace años, el agua es una amenaza para la población, que, con 1.116 vecinos censados, representa aproximadamente un 10% de la población total del municipio matriz de Alcaudete. El “casco histórico” del pequeño Noguerones lo forman la iglesia y calles como la Avenida Juan Ramón Jiménez, la del Puente, San Marcos o Del Río. Y, en algunas casas, el agua alcanzó 1,80 metros de altura en las “grandes inundaciones” como las de 1996, la de 1973 o las de “hace sesenta años”, pero, en este siglo XXI, también se han llevado más de un susto. “Ya no llueve como antes, viene todo de golpe y tenemos miedo de no poder reaccionar”, deja claro Vicenta Escucha, que es la particular “don erre, que erre” de Noguerones, al menos, con esta cuestión. “He llamado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, al Ayuntamiento y, cuando tuvo competencias sobre los ríos, a la Junta, para reclamarles que las máquinas limpien el cauce, pero nada”, relata.
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